¿Simplificar o retroceder? Lo esencial que no debemos perder
La palabra “simplificación” suena bien. Es amable, parece moderna, e incluso necesaria. Pero también puede esconder un retroceso si no va acompañada de responsabilidad.
El nuevo Paquete de Simplificación Ómnibus presentado por la Comisión Europea, en febrero de este año, busca reducir la carga burocrática de las empresas sin renunciar —al menos en teoría— a los objetivos del Pacto Verde. Y es cierto: el volumen de legislación generado desde el Pacto Verde ha sido abrumador. Lo sé porque lo vivimos cada día con nuestros clientes. Pero simplificar no puede significar vaciar de contenido lo que tanto costó construir en términos de transparencia, sostenibilidad y confianza empresarial. Lo urgente no debe eclipsar lo importante.
¿Menos normas para facilitar la inversión o menos exigencias para mirar hacia otro lado?
Como bien señala Joan Valls, presidente del Col·legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya, el nuevo Paquete de Simplificación Ómnibus implica que el 99% de las empresas quedarían fuera de la obligación de reportar sobre sus prácticas de sostenibilidad, lo que supone un giro significativo en materia de transparencia. Y no hablamos solo de Bruselas: en España, el anteproyecto de ley que plantea elevar los umbrales para la auditoría obligatoria dejaría sin supervisión a unas 4.000 empresas, debilitando uno de los pilares clave de la transparencia empresarial.
¿De verdad creemos que eso fortalece el tejido empresarial? ¿O solo lo aligera... hasta romperlo?
Es fácil vender la idea de que simplificar reportes ahorra costes. Debemos atrevernos a decir que esos reportes salvan empresas. Porque ayudan a identificar riesgos, a mejorar procesos, a generar confianza ante inversores, clientes y empleados. Porque hacen que una empresa sea más atractiva, no menos competitiva.
En Kreston Iberaudit, llevamos décadas acompañando a empresas que entienden que rendir cuentas no es un formalismo, sino una herramienta estratégica. Simplificar está bien. Desmantelar, no.
El Clean Industry Deal habla de innovación, resiliencia, crecimiento sostenible. ¿De verdad vamos a construir eso con menos control? La UE debe ser líder en sostenibilidad y competitividad, pero no a costa de debilitar los pilares que le han dado legitimidad en este terreno.
Como profesional que lleva años en el mundo de la auditoría, sé que lo más difícil no es decir lo que todos quieren oír, sino defender lo que es correcto, incluso cuando resulta incómodo.
Por eso, hoy quiero unirme públicamente a la posición del ICJCC, del ICJCE y de la Asociación Grupo20, el foro de reflexión, debate y opinión de firmas medianas de auditoría: este no es el camino. Pidamos una revisión sensata. No renunciemos a los estándares de calidad, ni a la rendición de cuentas porque una economía fuerte se construye con datos fiables, no con promesas de aligerar la mochila. Y porque, si de verdad queremos ser sostenibles, tenemos que empezar por sostener lo que nos hace creíbles.
Mercè Marti Queralt es la presidenta de Kreston Iberaudit y presidenta de la Comisión económica del ICJCE.